La defensa contrató detectives privados para demostrar que la víctima, de 53 años, simuló una gran invalidez a consecuencia del puñetazo que recibió en la cara
Al mismo tiempo que le concedían una gran invalidez, los detectives privados contratados por la defensa lograron recabar pruebas gráficas de que la víctima seguía haciendo una vida normal, conduciendo, levantando peso y sin muestras de la invalidez que trataba de acreditar como consecuencia de la citada agresión.

Para llegar a esta resolución judicial, ya firme tras el acuerdo de conformidad alcanzado esta mañana en la Sección Cuarta de la Audiencia Provincial de Valencia, han tenido que pasar años de peritajes, seguimientos de detectives privados contratados por la defensa del acusado, que se enfrentaba inicialmente a una pena de tres años de cárcel, e informes sobre la gran invalidez concedida al agredido.
Los hechos ocurrieron sobre las 20.30 horas de la tarde del 10 de diciembre de 2020, cuando el ahora condenado aparcó la furgoneta en un vado del barrio de Ayora de Valencia, mientras descargaba unos muebles en el portal. En ese momento acudió al lugar el propietario del vado, de 53 años, quien le instó a que quitase la furgoneta estacionada. Transcurridos unos minutos, y como el conductor no retiraba el vehículo, el propietario del vado se puso nervioso y comenzó a golpear la furgoneta causando desperfectos en el retrovisor izquierdo, tasados por un importe de 230 euros.
En ese momento se inició una discusión entre los dos acusados durante la cual el hombre que reclamaba que quitara el vehículo golpeó al otro con la cabeza en el pecho.